Cuando oímos a alguien hablar en
otro idioma tenemos la sensación de que pronuncia las palabras a una velocidad
muy distinta a la de nuestra propia lengua. Basándose en esta idea, unos
investigadores de la Universidad de Lyon analizaron la velocidad a la que se
habla en distintos idiomas y llegaron a la conclusión de que existen
diferencias considerables entre países orientales y occidentales.
Para ello, hicieron que 59 hablantes nativos leyeran en voz alta y a una
velocidad considerada «normal» 20 textos cortos traducidos a siete lenguas:
chino mandarín, inglés, francés, alemán, japonés, italiano y español. En este
estudio se comparó el número de sílabas que cada idioma usaba en
el texto, el tiempo que los hablantes necesitaban para leer los textos y la densidad de información que contienen las sílabas
de cada idioma. Este cálculo se hizo en comparación con el vietnamita, elegido
como referencia para este estudio.
Una de las conclusiones a las que se llegó es que algunos idiomas necesitan más tiempo para transmitir la misma
cantidad de información. Sin embargo, las lenguas que se hablan
a más velocidad usan un mayor número de sílabas por minuto, pero incluyen menos
información en cada sílaba individual. En este sentido, el investigador
François Pellegrino apuntó que un elemento que transmite información puede
variar mucho de una lengua a otra. Por ese motivo, la rapidez de pronunciación
de un idioma se adapta para transmitir la misma cantidad de información por
minuto.
Según esta información, los investigadores determinaron que el español, junto con el japonés, es el idioma más rápido y el
que menos información transmite en cada sílaba en comparación con cualquiera de
los otros idiomas analizados. En consecuencia, los hablantes de español necesitan
pronunciar hasta el 30 por ciento más de sílabas para expresar lo mismo que en
inglés. En el extremo opuesto
estarían el chino mandarín y el alemán, que, aunque se hablan de forma mucho
más pausada, transmiten más contenido en cada palabra. En cuanto al
número de sílabas empleadas, se determinó que el español es el idioma que usa
más sílabas y el chino mandarín el que menos.
Margarita Caro Perea
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