jueves, 11 de febrero de 2016

Lenguas celtas: ¿en peligro?







Durante la gran expansión del pueblo celta, producida a partir del siglo II a.C., se originaron las lenguas celtas. Solemos situar la cuna de esta civilización en la actual Baviera, pero también se extendió sobre una amplia zona de Europa, dando lugar a diferentes lenguas. Al igual que las lenguas románicas y germánicas, pertenecen a la familia de las lenguas indoeuropeas y se agrupan en tres ramas: lenguas galas, britónicas y gaélicas. Llama mucho la atención cómo los hablantes de las lenguas britónicas pueden entenderse más o menos entre ellos, aunque les sea imposible comunicarse con un hablante de lenguas gaélicas. Por ejemplo, en córnico y bretón, la palabra «abeja» se dice gwenenenn o gwenanenn respectivamente; mientras que la palabra que la designa en galó es avètt.

Las lenguas galas engloban el galó y el celtíbero.
A partir del s. I a.C., el galó se convirtió en la lengua del pueblo celta que vivía en la Galia. En el año 52 a.C., César consiguió conquistar su territorio e introdujo el latín. Su influencia terminó por hacer desaparecer el galo en el siglo V d.C. Sin embargo, el francés actual tiene como herencia una centena de palabras que provienen de la lengua celta, como chat (gato) o cheval (caballo).
El celtíbero corrió la misma suerte. Esta lengua, que surgió en territorio ibérico cuando los celtas llegaron a la península, no pudo resistir la invasión romana.

Por otro lado, el galés, el córnico y el bretón constituyen las lenguas británicas.

El galés nació en el siglo V en la actual Gales, mientras que el córnico surgió durante la misma época en los condados de Devon y de Cornualles como resultado del asentamiento de los celtas que hablaban esta lengua. Sin embargo, en 1337, la región se convirtió en el ducado de Cornualles y volvió a manos del hijo primogénito del rey de Inglaterra. La población tuvo entonces que adoptar la religión anglicana, que prohibía el uso de una lengua diferente al inglés. El córnico desapareció en el año 1777.

Ambas lenguas son origen del bretón. Esta tercera lengua surgió en el siglo V, cuando los inmigrantes de Gales y de Cornualles huyeron de una Gran Bretaña invadida por los sajones y se refugiaron en la actual Bretaña francesa.

Por último, la tercera categoría incluye al irlandés, al escocés y al manés.

El irlandés, la más antigua de las lenguas gaélicas, dio origen a las otras dos. Se extendió por la isla de Man y por Escocia cuando los scottis (denominación romana de los irlandeses) se establecieron allí. En la isla de Man, el irlandés favoreció la aparición del manés, que pronto se vería influenciada por las lenguas escandinavas y, más tarde, en la época de dominación inglesa, por el inglés. A partir del siglo XIX, numerosos inmigrantes ingleses desembarcaron en la isla, que se abrió al turismo, lo que provocó la pronta desaparición del manés.

El irlandés y el escocés también tuvieron que afrontar numerosos obstáculos: la conquista inglesa de Irlanda, la guerra contra Escocia, la campaña de depuración étnica llevada a cabo por los ingleses, la Gran hambruna irlandesa de 1845, etc.

Por otro lado, en España se habla hoy en día una lengua que proviene del latín y del antiguo galaico-portugués: el gallego. Hay numerosos indicios que relacionan al gallego con las lenguas celtas, y en particular con las gaélicas, en numerosos topónimos y palabras gallegas. El Proyecto Gaelaico se encarga de estudiar estas semejanzas. Por ejemplo, la palabra gallega meán y la palabra irlandesa meán no solo tienen la misma grafía, sino que sus significados («mediano») y pronunciación están directamente relacionados.

Tras conocer sus recorridos ¿deberíamos considerar a lenguas celtas en peligro? Según los antropólogos, son tres los factores que entran en juego para que una lengua sobreviva: el número de hablantes, las instituciones que la apoyan y su legitimidad a nivel internacional.

En la actualidad, alrededor de 60 000 escoceses hablan gaélico. Aunque ninguna ley determine su estatus, el gobierno escocés ha llevado a cabo una serie de acciones para apoyar al gaélico, como por ejemplo destinar subvenciones a su enseñanza. En Irlanda, lo hablan 1,5 millones de personas y, tras su independencia, el irlandés se considera una lengua oficial y se enseña en los colegios. En Gales, un 18% de la población sigue usando el galés y existen numerosas leyes que animan a hablarlo y aprenderlo. En cuanto al bretón, existen poco menos de 200 000 personas que sigan hablándolo. Las instituciones regionales se esfuerzan por promoverlo actualmente por medio de diversas actividades culturales. En España, el gallego es una lengua cooficial y cuenta con más de 3,4 millones de hablantes. Además, cuenta con la Real Academia Galega, una institución creada como herramienta para fomentar su cultura y el estudio del gallego.

Hoy en día, muchas palabras originarias de estas lenguas ancestrales están presentes en nuestros diccionarios. Por ejemplo, ¿sabías que la palabra «whisky» viene de uisce beatha, que significa «agua de vida» en gaélico irlandés?

Morgane Le Maistre y Beatriz Bustos Rincón 

Más información en la web: www.agestrad.co.uk