domingo, 19 de abril de 2015

¿En qué ganan el español y el japonés?

Japonés y Español, los más rápidos



Cuando oímos a alguien hablar en otro idioma tenemos la sensación de que pronuncia las palabras a una velocidad muy distinta a la de nuestra propia lengua. Basándose en esta idea, unos investigadores de la Universidad de Lyon analizaron la velocidad a la que se habla en distintos idiomas y llegaron a la conclusión de que existen diferencias considerables entre países orientales y occidentales. 

Para ello, hicieron que 59 hablantes nativos leyeran en voz alta y a una velocidad considerada «normal» 20 textos cortos traducidos a siete lenguas: chino mandarín, inglés, francés, alemán, japonés, italiano y español. En este estudio se comparó el número de sílabas que cada idioma usaba en el texto, el tiempo que los hablantes necesitaban para leer los textos y la densidad de información que contienen las sílabas de cada idioma. Este cálculo se hizo en comparación con el vietnamita, elegido como referencia para este estudio. 

Una de las conclusiones a las que se llegó es que algunos idiomas necesitan más tiempo para transmitir la misma cantidad de información. Sin embargo, las lenguas que se hablan a más velocidad usan un mayor número de sílabas por minuto, pero incluyen menos información en cada sílaba individual. En este sentido, el investigador François Pellegrino apuntó que un elemento que transmite información puede variar mucho de una lengua a otra. Por ese motivo, la rapidez de pronunciación de un idioma se adapta para transmitir la misma cantidad de información por minuto.

Según esta información, los investigadores determinaron que el español, junto con el japonés, es el idioma más rápido y el que menos información transmite en cada sílaba en comparación con cualquiera de los otros idiomas analizados. En consecuencia, los hablantes de español necesitan pronunciar hasta el 30 por ciento más de sílabas para expresar lo mismo que en inglés. En el extremo opuesto estarían el chino mandarín y el alemán, que, aunque se hablan de forma mucho más pausada, transmiten más contenido en cada palabra. En cuanto al número de sílabas empleadas, se determinó que el español es el idioma que usa más sílabas y el chino mandarín el que menos.

Este estudio confirma que existen varias estrategias posibles de codificación lingüística, pero que, independientemente de la gran diversidad de idiomas que hay ―con sus diferentes estructuras y características― y de la rapidez con la que se hablen, todos cumplen el objetivo de comunicar una información común y constante, algo que posiblemente esté relacionado con la capacidad de asimilación de la percepción humana

Margarita Caro Perea